miércoles, 10 de noviembre de 2021

Un día como hoy... Recibiendo a Serena

Hace exactamente 3 años me sentía más cansado que nunca, mucho calor en la ciudad, muchas cosas que hacer y el no haber dormido bien habían sido claves para sentirme así. Hoy me siento igual de cansado, pero mejor escribo luego de 1095 dias lo que sucedió aquel 10 de Noviembre del 2018 antes que se me olvide, ojalá que no. 
Había amanecido super cansado, en el comedor una compañera de trabajo me preguntó "Y Elio? Hay novedades de Serena?" a lo que yo le contesté "Todavía no, lo único que espero es que no quiera nacer hoy por que estoy muy cansado", por dentro pensé "No deberia haber dicho eso". Cuando volví a casa, Cele estaba terminando las cosas de la habitación mientras cursaba su semana 38 de embarazo, me preguntó si yo tenia preparada mi mochila por si a Serena se le ocurría nacer, obviamente que no. Le prometí que cuando vuelva de hacer las cosas en el centro lo preparaba. Luego de un rally contra reloj en el centro caótico tucumano había podido terminar todo lo que tenia que hacer. Pasé por una fiambrería y compre el queso provolone que tanto le gusta a Cele para que comamos durante el fin de semana. 
En la preparación para recibir a mi primer hija, asistimos a un curso pre parto en donde me volaron la cabeza con toda la información que ignoraba sobre la gestación y el nacimiento de los bebés. Por suerte a esta altura esa información ya la tenía así que me sentía bien preparado para acompañar a Cele ante la eventual llegada de Serena. Aunque todavía no habia preparado la mochila que habia prometido. Toda la información había hecho que decida acompañar en todo para que Serena llegue a este lado de una forma amorosa, respetada y natural. Entonces, luego de preparar la mochila, me sugiere Cele "Guarda las cosas en el auto, por las dudas, me parece que no falta mucho", a la orden comencé a guardar el banco de parto, la pelota de yoga, un bolso con velas aromáticas, música, sahumerios, un bolso con la ropa de Cele, un bolso con las cosas para la bebé y una mochila con mi ropa. Me bajé una app para controlar la frecuencia y duración de las contracciones. Nada puede malir sal. 
Finalmente, luego de comer unas ricas provoletas nos disponiamos a dormir antes de las 0 hs. Cele comenzó con naúseas, "serán contracciones?", no sabemos, en el curso dijeron que te ibas a dar cuenta si eran contracciones, las ibas a reconocer. Respirar es la clave, nos tranquilicemos... algo salió, creemos que es el tapón mucoso, llamemos a la doctora y veamos que nos dice. Son casi las 1 am, mejor nos demos una ducha, parece que es hoy nomás. La doctora contesta "vayan a la guardia del sanatorio para que la revisen". Ok, vamos para ahí entonces. Mucha gente de fiesta en la noche tucumana del viernes. Llegamos al Sanatorio, la ingresan a la guardia obstetrica, me piden que vaya tranquilo a guardar el auto y vuelva. Me indican como llegar a la guardia obstetrica, literalmente tengo que atravesar aproximadamente 100 metros caminando por la planta baja de un edificio que a las 2 am claramente no tiene prendido los aires acondicionado. Me indican que espere afuera, espero afuera. Finalmente luego de casi 15 minutos sale la partera: "No pasa nada, solo tiene 1 cm de dilatación, la doctora ya habia visto que tenia 1 cm hace unos dias. Puede seguir asi un par de horas o un par de semanas. Vayan a su casa nomás". Primer falsa alarma: Checked. 
Llegamos a casa, otra vez subir la escalera con la panza a cuestas. Otra vez a la cama. Son casi las 3 am. Comienzan las contracciones, controlamos la duración, ninguna llega a durar tanto como para preocuparse. El sueño me empieza a vencer, la teoría dice que si la contracción dura 1 min hay que controlar si hay más de 3 en 10 minutos es por que es inminente un nacimiento. Abro los ojos, el cronometro marca 20 min, me dormí. Cele esta en trabajo de parto evidente, me pide que si no me voy a quedar despierto que me vaya de la habitación, yo no puedo conectar las palabras para decirle que si, que estoy ahi despierto a su lado... en ese momento sucede la confirmación "rompimos bolsa". Ahora si, hay que volver al sanatorio, con el miedo de que sea en vano otra vez, pero ahi vamos. Muy dificil bajar las escaleras con esa panza, con contracciones, con dolor. 
Vamos rápido pero con cuidado con las calles que estan rotas, cada rebote aumenta el dolor. Llego a un lugar en el que tengo que elegir pasar por el pozo más chico, rebotamos, grito de dolor "Ahhhh con cuidado maneja!!"; 50 metros más allá un lomo de burro... otra puteada más. Yo rememorando el taller de pre-parto me quedo mudo, que siga haciendo su proceso natural. Finalmente despues de unos eternos minutos llegamos al Sanatorio, eran las 6.40 de la mañana aproximadamente. Me bajo corriendo a recepción, "mi mujer esta por parir, ya vinimos hace unas horas y ahora tiene muchas contracciones" me indican el recepcionista "Ahi te asiste un camillero, subi el auto a la entrada de ambulancias". Salgo y miro la entrada de ambulancias, una altura de 6 cm aproximadamente, "La puta madre, vamos a rebotar subiendo esto, no queda otra". Le advierto que vamos a subir y vamos a rebotar. Acelero, subimos y efectivamente rebotamos más de lo que yo esperaba, Cele grita del dolor de una manera que me pareció desgarradora, al mismo tiempo se abrió el portón, salió un enfermero con una silla de ruedas y la sacó en un segundo mientras seguía gritando. "Anda a guardar el auto y subi a la guardia". Dejo el auto en la playa de estacionamiento, el encargado me mira y me dice: "Ahora si maestro?", a lo que respondo "Vamos a ver que nos dicen". 
Siendo casi las 7 de la mañana, el celular me indicaba que hacian 36° aproximadamente. Vuelvo a cruzar los pasillos que atravesaban el edificio y el calor se hace sentir. Llego transpirado a la guardia del 4to piso. Me siento y sale la partera: "Ahora si papá, tiene 8 cm de dilatación, va a nacer hoy". Todo lo que estabamos esperando, estaba a punto de suceder. Se me pasaron muchos pensamientos en esos segundos cuando me interrumpe la partera "Traiga todo lo que quiera, y pongalo en la habitación 403 que ahi la vamos a llevar". En ese momento recordé todo lo que habiamos llevado y todo el calor que hacia, no importa, hoy nace Serena. Vuelvo corriendo al auto. Puedo llevar todo, si me pongo la mochila, me cuelgo cruzado el bolso de Cele, el bolso de Serena en el otro hombro, la pelota bajo el brazo menos hábil, el banco con ambas manos y la bolsa en los dedos... sí, puedo con todo. Llego a la puerta, me abren y se ríen, "Pase señor". Empiezo a caminar con todo a cuestas, por los pasillos calientes del sanatorio, otra vez. Por suerte entraba con todo en el ascensor. Llego y me voy a la habitación indicada. Al fin una habitación con aire, al fin algo fresco después de tanto calor. La traen a Cele, "Apaga la luz y el aire por favor" me pide. Las contracciones vienen una tras de otra, grito desgarrador de dolor y otro error mío "Tranquila" le digo, tranquila? si yo no puedo saber lo que es parir, no puedo sentir su dolor, lo primero que nos aconsejaron en el curso preparto "No le digan nada, uds no entienden el dolor del parto, lo mejor es que acompañen con silencio, masajes, pero sin hablar". Son las 8.40 am ya, sigue el trabajo de parto y todavia no podemos llegar a los 9 cm de dilatación. Nuevo grito de dolor, giro de cabeza y el pedido "Llamala a mi mamá que venga", listo, mi suegra será la primera persona en enterarse de que va a nacer Serena. Le comentó la situación, "por favor no le diga a nadie que va a nacer, cuando nazca le avisamos a todos nosotros". A las 9 llamó a mi familia en Salta, les aviso que hoy nace Serena, me avisan que entonces ellos se vienen a Tucumán. No, cuando nazca les aviso para que vengan. 
 A las 10 am la doctora le avisa a Cele que vamos a la sala de parto, queda poco para que nazca, vamos a hacer el último esfuerzo allá en la sala de parto. Nos cambiamos y nos preparamos para recibirla. Bolso de Serena y bolso de Cele conmigo, nos vamos a la Sala de Parto. No cede, Serena no baja la cabeza para entrar al canal de parto, hay que ayudar con oxitocina y ahi el primer miedo... si la oxitocina no hace efecto en una hora, hay que hacer cesárea. Esa palabra que tanto queriamos evitar. La doctora nos indica que puede generar más contracciones y ayudar a se apure en salir Serena. Aceptamos e inmediatamente hace efecto, Cele los sufre y asoma la primera debilidad en todo este proceso que ya llevaba casi 11 horas "no puedo más" me dice entre llantos. En ese momento me puse en modo Mascherano y le dije "hoy te convertís en heroina" con las palabras "hace meses que venimos trabajando por esto, vamos que son unos minutos más y se termina". Tomó aire profundo y volvimos a la camilla de parto. Luego de unos minutos, finalmente se escuchó a la doc decir las palabras tan esperadas "Ahí viene Serena, ya la veo". Estabamos cerca, estaba cerca. Luego de algunas pujadas desde mi ángulo le divisaba su pelito. Le conté a Cele para que tomara coraje y puje más fuerte que nunca. Pasaron 5 minutos y Serena no salía, ahí me apareció mi primer miedo "Hace 5 minutos que esta ahí, se va a ahogar" pero lamentablemente tengo un lado racional fuerte que en el incosciente me dijo "No respiro nunca por que vivió adentro del vientre materno, no sabe respirar todavía, no le va a pasar nada" y me arruinó el susto pero me brindo muchisima tranquilidad. La doctora alentaba y alentaba que no quedaba nada, yo aseguraba que no faltaba nada, y entonces convencida que realmente era asi vino el último pujo. Sere se impulsó, la doctora le pudo agarrar la cabeza y procedió a girarla. Por primera vez vi su carita, hinchada, morada, engrasada. Salió su brazo derecho, salió su brazo izquierdo y en ese momento lo inesperado y no planificado "Cele sacala vos, sacá a tu hija!" gritó la doctora. En ese momento recordé que Cele en el curso pre parto contó en el círculo que se imaginaba el nacimiento de Serena recibiendola ella misma. Entonces sucedió eso que sucede cuando tenes tu visión al alcance de tu mano. Después de 11 horas de trabajo de parto, miles de contracciones, un cuerpo casi sin fuerzas se sentó como si fuera el primer abdominal de una serie, tomó a su hija por las axilas, la sacó de su vientre y la puso en su pecho. Yo le dí un beso en la frente y ahí le pude decir por primera vez "Hola Serenita" con la voz cortada por la emoción. Fueron los mejores minutos de mi vida sin duda alguna y la admiración por Cele se disparó a los cielos. 
Desde ese día, llevamos 1096 días aprendiendo juntos en este trabajo duro de ser mapadres, pero el amor... el amor me rebalsa el pecho.